Mourinho dijo en octubre del año pasado: "Me gustaría que Zidane estuviese un poco más cerca de mí y un poco menos del presidente". Al poco tiempo, Zizou empezó a aparecer en Valdebebas y a viajar con el equipo en los partidos de Champions. Por aquel entonces, oficialmente era el asesor de Florentino. En el comienzo de la pretemporada Mourinho ha logrado lo que parecía un imposible por aquel entonces: sentarle en el banquillo junto a él. Pero el portugués quiere más e intenta convencerle para que también esté en el banquillo en los partidos oficiales. Hoy en día, Zinedine es director de fútbol del primer equipo. Un cargo, en el que, como dijo el propio implicado, "se vería poco a poco sus funciones".
Integrado. "Es uno de nosotros. Somos un grupo unido, desde el utilero hasta Zidane", subrayó el portugués tras el primer amistoso. Esta plantilla, con una media de 24,8 años, necesita referentes en el propio vestuario. "Si tenemos un problema, podemos hablar con él", apunta Ramos. Zidane ha estado estos 14 días en la rutina del equipo y sentándose en segunda fila del banquillo los días de partido.
El concepto de grupo para Mourinho es sagrado. Y se siente cómodo con el francés. Actualmente en el reglamento de la FEF (artículo 231.2) no hay ficha asignada en el banquillo para un puesto como el de Zidane. Aunque el año pasado, por ejemplo, Louro, preparador de porteros, se sentaba en el banquillo como asistente sanitario. En la UEFA (artículo 14.04) la norma es más ambigua (permite hasta siete auxiliares, sin especificar cargo, salvo la obligatoriedad de incluir un médico). Pero al mando está Mourinho. En febrero dijo que "la estructura del club es demasiado grande" y cinco meses después ha logrado remodelarla a la inglesa, convirtiéndose él en mánager. De momento, Zizou es reticente a bajar al banquillo, pero el técnico está preparando todo para que cambie de opinión.
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