Los jugadores del Swansea celebran el ascenso
Cuando todavía resonaban los ecos de la victoria barcelonista en la final de la Champions, Wembley acogía de nuevo un partido trascendental, aunque a una escala mucho más modesta. Swansea y Reading se enfrentaron el lunes por una plaza en la Premier League, en un choque que se saldó con la victoria del Swansea, que se convierte en el primer equipo galés que participará en la competición más reputada de Gran Bretaña.
"¿Quién necesita Qatar cuando ahora tenemos Gales?", bromea un columnista de The Guardian al referirse a los planes que manejaban los organizadores de la Premier League para disputar algunos partidos de la competición lejos de Inglaterra, en tierras árabes, por motivos comerciales. Aunque se considera que el rugby es el deporte nacional de los galeses, la presencia del Swansea puede aportar algo de aire fresco a la competición. "Cuando uno camina por la ciudad no es posible encontrar camisetas del Manchester United o del Liverpool. Toda la gente de aquí crece en el apoyo al Swansea, y eso es un factor muy importante", reconocía Garry Monk, uno de los jugadores más veteranos y capitán del equipo.
Hace tres décadas, el propio Swansea ya se ganó un ascenso a la máxima categoría, aunque todavía no existía el actual modelo de la Premier League. La historia ya entonces resultó asombrosa. John Benjamin Toshack desembarcó en el club galés como jugador-entrenador cuando se encontraba en la cuarta división. En cuatro años, bajo las órdenes del ex jugador del Liverpool, el Swansea obtuvo tres ascensos, por lo que en el año 1981 se plantó en la que entonces se conocía como Primera División.
La irrupción de los galeses en la máxima categoría también fue notable, ya que acabaron aquella temporada en una meritoria sexta plaza. Sin embargo, al año siguiente el sueño se esfumó y el equipo perdió su plaza, dando comienzo a una etapa de lo más oscura para el club. A la presencia en Primera División siguieron dos descensos consecutivos y un aluvión de problemas financieros. La decadencia del club llegó a tal punto que en el año 2001 se produjo un cambio de dueño por un coste de una libra. Más tarde, en 2003, el equipo estuvo muy cerca de perder su condición de equipo profesional y hundirse en la quinta categoría, pero una victoria en el último partido ante el Hull salvó al equipo de ese trance.
A partir de entonces, el equipo comenzó a encadenar buenos resultados y otra vez fue ascendiendo peldaños hasta lograr este ascenso a la Premier y reintegrarse en la elite del fútbol británico. Ahora, el mismo club que costó una libra hace menos de una década se ha asegurado con este ascenso unas ganancias próximas a los 90 millones de libras.
La importancia de Roberto Martínez
En este proceso, cimentado en decisiones reposadas y en una gobernanza bastante mesurada, ha jugado un papel muy importante el español Roberto Martínez, quien precisamente formaba parte de la plantilla del equipo como futbolista en aquel partido determinante ante el Hull. Más tarde tomó las riendas como entrenador en la temporada 2007/08. El técnico catalán, ahora mismo en las filas del Wigam, supo imponer un estilo por el que ahora resulta reconocible en el club galés.
"La actual directiva mantiene un perfil bajo y ha tomado buenas decisiones. El momento clave fue el de contratar al Roberto Martínez, un ex jugador bastante popular, como entrenador. Él trajo a algunos españoles y jugamos un fútbol soberbio para conseguir el ascenso a la segunda categoría del fútbol inglés. Paulo Sousa continuó con el estilo de juego pero su equipo falló a la hora de tener consistencia ofensiva. El actual entrenador, Brendan Rodgers, es tácticamente astuto y el fútbol que hemos visto en los últimos años es sencillamente sublime", se lee en When Saturday Comes, en un resumen bastante conciso sobre la situación. En cierta medida, aún se mantiene la españolización del equipo, ya que hasta cinco jugadores comenzaron la presente temporada, de quienes Ángel Rangel ocupa el papel más relevante.
Precisamente, tras el ascenso, infinidad de miradas han reparado en la presencia de Brendan Rodgers, el actual técnico del equipo, a quien Mourinho reclutó personalmente en el año 2004 para que se hiciera cargo del equipo de reservas del Chelsea. Sin embargo, Rodgers, un tipo de 38 años con mucha personalidad, suele evitar en las entrevistas las referencias al técnico portugués: "Soy el mayor mentor de mi mismo", reconocía en unas declaraciones a The Guardian.
Aunque pueda sonar aventurado, a menudo se compara al combinado galés con el Barcelona de Guardiola, por su gusto por la pelota y por la consistencia de su proyecto. "Rodgers se hizo cargo de un club que ya tenía una manera de jugar, pero como ocurre con cada nuevo entrenador del Barcelona, ha añadido su propia impronta a ese método establecido", explica Paul Fletcher en la BBC. No en vano, en ocasiones ha cobrado cierta fortuna la expresión 'Swanselona'.
Quizás, de momento, sean más apropiadas las comparaciones del equipo que dirige Rodgers con el Blackpool, equipo que acaba de perder la máxima categoría en Inglaterra, pero que se ha ganado muchas simpatías debido a su estilo alegre y ofensivo. De momento, Huw Jenkins, el presidente del Swansea, ha prometido que mantendrán el estilo que han mostrado durante estos últimos años y que se ha convertido en su principal signo de identidad. Por esta razón, muchos comentaristas saludan con simpatía la llegada del primer equipo galés a la elite británica
