Un ataque al corazón en plena calle acaba con la vida de Francesco Quinn, tenía 48 años.
D.E.P.
El mundo del séptimo arte vuelve a llorar la pérdida de uno de los suyos. Francesco Quinn, uno de los 13 hijos del mítico Anthony Quinn falleció de manera repentina, a los 48 años, el pasado viernes mientras corría cerca de su casa en Malibú.
La tristeza y la conmoción vuelve a planear sobre una de las familias más conocidas del mundo del cine. Un fulminante infarto apagaba la vida del actor en plena calle. Francesco había salido a correr junto a su hijo Max, quien fue testigo de cómo su padre se desplomaba al suelo repentinamente, perdiendo el conocimiento.
Varias personas trataron de reavivarle. "Estuvimos intentando reanimarlo, pero no hubo respuesta", dijo Tim Lawrence -un vecino de la zona- a un periódico local. El corazón del actor se había parado. Uno de los hijos más reconocidos de Anthony Quinn se iba dejando tras de sí una vida dedicada al cine.
Fruto del tercer matrimonio del recordado artista, Francesco nació en 1963 en Roma. El mundo del cine cautivó desde muy pequeño a Quinn y pronto quiso seguir los pasos de su afamado padre, quien no dudó en darle todo su apoyo para que su carrera artística despegase por todo lo alto.
Entre sus primeros proyectos destaca A Star for Two, largometraje en el que compartió pantalla con Lauren Bacall o El viejo y el mar, film en el que trabajó codo con codo junto a su progenitor. Padre e hijo interpretaron al mismo personaje en diferentes etapas de su vida.
Su papel más importante en el cine fue en la legendaria cinta de Oliver Stone: Platoon.
Aunque su currículum cinematográfico no es tan extenso como el de su padre, Francesco acabó haciéndose un merecido hueco en la pequeña pantalla y ha participado en conocidas series como The Young and the Restless, NCIS y 24.
Su súbito fallecimiento ha sido mantenido de una manera muy discreta por su familia, quien comunicó la noticia días después Los Quinn vuelven a despedir a uno de sus miembros que más vivió por y para el cine.
EUROPA PRESS.
D.E.P.
El mundo del séptimo arte vuelve a llorar la pérdida de uno de los suyos. Francesco Quinn, uno de los 13 hijos del mítico Anthony Quinn falleció de manera repentina, a los 48 años, el pasado viernes mientras corría cerca de su casa en Malibú.
La tristeza y la conmoción vuelve a planear sobre una de las familias más conocidas del mundo del cine. Un fulminante infarto apagaba la vida del actor en plena calle. Francesco había salido a correr junto a su hijo Max, quien fue testigo de cómo su padre se desplomaba al suelo repentinamente, perdiendo el conocimiento.
Varias personas trataron de reavivarle. "Estuvimos intentando reanimarlo, pero no hubo respuesta", dijo Tim Lawrence -un vecino de la zona- a un periódico local. El corazón del actor se había parado. Uno de los hijos más reconocidos de Anthony Quinn se iba dejando tras de sí una vida dedicada al cine.
Fruto del tercer matrimonio del recordado artista, Francesco nació en 1963 en Roma. El mundo del cine cautivó desde muy pequeño a Quinn y pronto quiso seguir los pasos de su afamado padre, quien no dudó en darle todo su apoyo para que su carrera artística despegase por todo lo alto.
Entre sus primeros proyectos destaca A Star for Two, largometraje en el que compartió pantalla con Lauren Bacall o El viejo y el mar, film en el que trabajó codo con codo junto a su progenitor. Padre e hijo interpretaron al mismo personaje en diferentes etapas de su vida.
Su papel más importante en el cine fue en la legendaria cinta de Oliver Stone: Platoon.
Aunque su currículum cinematográfico no es tan extenso como el de su padre, Francesco acabó haciéndose un merecido hueco en la pequeña pantalla y ha participado en conocidas series como The Young and the Restless, NCIS y 24.
Su súbito fallecimiento ha sido mantenido de una manera muy discreta por su familia, quien comunicó la noticia días después Los Quinn vuelven a despedir a uno de sus miembros que más vivió por y para el cine.
EUROPA PRESS.
