Esta es una Leyenda sobre Fantasmas en un Musea:
Lo que voy a contar ocurrio, en Tenerife, concretamente en la ciudad de La Laguna.
La Casa Lercaro antes pertenecía a una familia muy importante de la zona y muy rica supongo, tenían una hija que se llamaba Catalina. Ella fue obligada por sus padres a casarse con un hombre, traficante de esclavos, al que no amaba. Desesperada, la noche antes de celebrarse el matrimonio, la joven se suicidó arrojándose al pozo de la casa.
Después de eso, el espíritu de Catalina se empezaba a manifestar en la casa. La familia, asustada y desesperada, decidió abandonar aquella casa y marcharse lejos de ahí.
La Casa de la familia Lercaro fue restaurada y actualmente es un museo de Historia, pero lo peor de todo es que varios vigilantes de seguridad del museo afirman oir ruidos extraños, puertas que, tras haber quedado bajo llave, dan portazos al igual que las ventanas. Muchos vigilantes nocturnos han dejado el trabajo y para el museo le es casi imposible encontrar gente que acepte ese empleo porque esta historia aquí la conoce casi todo el mundo.
El año pasado, un grupo de estudiantes fueron hacer unos talleres sobre el día de Canarias. Antes de empezar las actividades uno de los guías les llevó a ver el museo, pero no en plan de explicarles cosas sobre Historia porque ya habían ido en otra ocación para eso, sino para contarles la historia de Catalina.
Pasaron por todas las habitaciones pero la que mas les impactó fue lo que les contó al llegar a la cocina. La cocina es una habitación no muy grande donde no tienen nada más que la vieja chimenea o asador donde se preparaba la comida, a parte de la puerta, había una rendija en la pared a modo de ventana, pero que por ahí no cabe nadie. El guía nos contó que una vez, encontrandose ahi cuando estaba de vigilante, la puerta se cerró bruscamente y quedó trancada desde dentro, por supuesto él no lo habia heho y era imposible que alguien pudiera entrar por la especie de ventana esa ya que es de menos grosor que una mano normal.
Bueno hay gente que también dice que se oyen gritos y llantos y que, en ocaciones, se ha dejado ver por las ventanas de patio interior.
Por último, decir que el cuerpo de Catalina sigue enterrado en el museo ya que sus padres la tuvieron que enterrar en el jardín de la casa, junto al pozo, porque la iglesia se negó a meterla en el camposanto supongo que por haber sido un suicidio
Lo que voy a contar ocurrio, en Tenerife, concretamente en la ciudad de La Laguna.
La Casa Lercaro antes pertenecía a una familia muy importante de la zona y muy rica supongo, tenían una hija que se llamaba Catalina. Ella fue obligada por sus padres a casarse con un hombre, traficante de esclavos, al que no amaba. Desesperada, la noche antes de celebrarse el matrimonio, la joven se suicidó arrojándose al pozo de la casa.
Después de eso, el espíritu de Catalina se empezaba a manifestar en la casa. La familia, asustada y desesperada, decidió abandonar aquella casa y marcharse lejos de ahí.
La Casa de la familia Lercaro fue restaurada y actualmente es un museo de Historia, pero lo peor de todo es que varios vigilantes de seguridad del museo afirman oir ruidos extraños, puertas que, tras haber quedado bajo llave, dan portazos al igual que las ventanas. Muchos vigilantes nocturnos han dejado el trabajo y para el museo le es casi imposible encontrar gente que acepte ese empleo porque esta historia aquí la conoce casi todo el mundo.
El año pasado, un grupo de estudiantes fueron hacer unos talleres sobre el día de Canarias. Antes de empezar las actividades uno de los guías les llevó a ver el museo, pero no en plan de explicarles cosas sobre Historia porque ya habían ido en otra ocación para eso, sino para contarles la historia de Catalina.
Pasaron por todas las habitaciones pero la que mas les impactó fue lo que les contó al llegar a la cocina. La cocina es una habitación no muy grande donde no tienen nada más que la vieja chimenea o asador donde se preparaba la comida, a parte de la puerta, había una rendija en la pared a modo de ventana, pero que por ahí no cabe nadie. El guía nos contó que una vez, encontrandose ahi cuando estaba de vigilante, la puerta se cerró bruscamente y quedó trancada desde dentro, por supuesto él no lo habia heho y era imposible que alguien pudiera entrar por la especie de ventana esa ya que es de menos grosor que una mano normal.
Bueno hay gente que también dice que se oyen gritos y llantos y que, en ocaciones, se ha dejado ver por las ventanas de patio interior.
Por último, decir que el cuerpo de Catalina sigue enterrado en el museo ya que sus padres la tuvieron que enterrar en el jardín de la casa, junto al pozo, porque la iglesia se negó a meterla en el camposanto supongo que por haber sido un suicidio
