Dallas despidió la temporada de la NBA dejando a sus adorados Mavericks a un solo triunfo de conseguir el gran sueño del título: en otro final de partido electrizante, los Mavs batieron a Miami Heat por 112-103 y pasan a dominar la serie final por 3-2. El sexto partido, que ya puede ser el último, toca el domingo, en Miami. El séptimo, si fuera necesario, también en Miami: el martes. Y también en Miami continuarán las conversaciones entre los propietarios de la NBA y el Sindicato de Jugadores (NBAP) con el fin de evitar el cierre patronal de la Liga. Aquí, la situación está oscureciéndose bastante: los propietarios siguen dispuestos a ahorrarse 750 millones de dólares en salarios, no se bajan para nada de esa postura... y "las dos partes están muy, muy alejadas", confirma el Comisionado David J. Stern.
Y, ante 20,433 espectadores en el American Airlines Center de Dallas, de nuevo fue Dirk Nowitzki (29 puntos, 9/18 en tiros, 10/10 en libres y ocho rebotes) el arma definitiva de los Mavericks. "Me siento genial, recuperado de la fiebre", había anunciado Dirk. Pero, cuando los Mavs ganan partidos en esta final, está claro que es cuando Nowitzki recibe buen auxilio: 21 puntos de Terry (3/5 en triples), 17 de Barea (4/5 en triples), 13 de Kidd (3/5 en triples, seis asistencias) y 13 de Chandler, que adicionó siete rebotes y dos tapones. Dallas llegó al descanso en ventaja de 60-57 con un impresionante 65,7% de acierto en tiros, que al fin quedó en un total de 56,5% (39/69)... pero con un tremendo 68,4% total en triples: 13/19. En estas condiciones, y con sólo once pérdidas de balón, por 16 de Miami, a los Mavericks (sin el pívot Haywood) no les afectó que los Heat lograran más rebotes: 36-26. Miami no tiró mal: 52,9% de aciertos totales (37/70), pero en triples no pudo igualar la puntería de los Mavs: 8/20, 40%.
Los problemas de Miami empezaron a 2:58 del final del primer cuarto, cuando Dwyane Wade, máximo anotador de la serie, a 29,7 puntos de media, colisionó de mala manera en una entrada ante el rocoso Brian Cardinal y se tuvo que ir al vestuario con daño en la cadera izquierda. Wade pasó cinco minutos en manos de los cuidadores, regresó... y Chalmers (15 puntos, 4/6 en triples) aguantó bastante bien el tipo... pero los bases de Dallas, más liberados, fueron cogiendo ritmo. Del 30-31 para Miami en el primer cuarto (canastón sideral de Chalmers, en carrera y sobre la bocina)... se llegó al descanso con 60-57 para Dallas. Hasta el 44-50 para los Heat sí funcionaba LeBron James, que había 'tweeteado' 'Now or Never' "Ahora o Nunca', tras el entrenamiento matinal de tiro. Pero ahí surgió Dirk Nowitzki (26,5 puntos de media en estas finales), sometió a Joel Anthony y anotó seis de los últimos ocho puntos de los Mavs, que volaron en un parcial de 14-4 antes del intermedio: 60-57... y el citado 65,7% en aciertos de los Mavs, con 5/7 en tiros de tres.
De regreso, tras el descanso, Miami apareció sin Wade... pero con Mike Miller, cuyos triples fueron avalando empates a 60 y 65. En el minuto 28 volvió Wade, pero, de inmediato, el inopinado Barea empezó a anotar de tres en tres: 75-69... y era 80-71 en el minuto 32: Nowitzki estaba sentado, pero Kidd y Chandler hacían de las suyas. Wade emitía señales de recuperación... y LeBron James ya encendía la señal roja de fallo por bloqueo mental ante esa zona de los Mavericks que le está hundiendo, tanto como le hunden los dispositivos zonales del juego internacional: James tiene graves problemas de lectura y comprensión ante estas defensas: tira, y si no acierta, intenta entrar a por todas, al ya te veré, chocando con auténticas murallas, sin sentido del aire, el tiempo ni el espacio. Acabaría en un 'triple doble' de los más inútiles que se han visto.
El tercer cuarto se remató con 84-79 para los Mavs, gracias a buenas acciones de Wade, Chalmers e incluso Juwan Howard: seis puntos, 3/3. Pero Barea seguía metiendo triples. Entre el base portorriqueño y Nowitzki tenían el partido en 90-83 a falta de 10:14. Definitivamente, el resplandor de LeBron se iba esfumando en las profundiades de la zona de Dallas, pero entre Haslem y Wade dieron vida a Miami: 95-96... y 95-99, triple monumental de Wade, a 4:37. Dallas se reagrupó, un triple de Terry empató a 100 (a 3:23) y Nowitzki firmó el 102-100. Ahí llegaron locuras varias de LeBron, con falta en ataque, malas decisiones en tiro... y Kidd no perdonó: 105-100, tiro de tres a 1:26. Chadler taponó a Wade, Bosh logró un tirito libre... y a 33,8 segundos del fin, el tercer triple de Terry reventó la línea de flotación de Miami: 108-101.
Entonces, a 29,6 segundos y con casi todo resuelto, llegaron los dos únicos puntos de LeBron James en este último cuarto, la presunta Hora de la Verdad en el presunto Día del Juicio. Tras conseguir esa canasta, penetración en carrera, James hizo falta a Kidd casi de inmediato. Los dos tiros libres de Kidd valían el inaccesible 110-103, a 25,3. Wade aún falló un triple y, tras falta de Miller, otros dos tiros libres de Terry sellaron el 112-103 definitivo. El último tiro de tres de los Heat, de Chris Bosh, ya no tenía sentido. "Somos un equipo constante, determinado. Hemos superado batallas muy duras en estos playoffs y sabemos que este es nuestro momento. Estamos listos, no pensamos parar. Esto va a ser cada vez más duro para Miami", avisa Jason Terry.
Pese a Cardinal y la cadera, Wade volvió a liderar la anotación de Miami con 23 puntos (6/12 en tiros, 10/12 en libres) en 34:27 de acción. Increíblemente, LeBron James firmó un 'triple doble': 17 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias, aunque las cifras también revelan entre líneas esa desaparición y ofuscación a la hora de la verdad: 8/19 en tiros, 0/4 en triples, cuatro pérdidas de balón. Bosh logró 19 puntos (6/12 en tiros) y otra decena de rebotes, aunque la hora de la verdad tampoco está muy ajustada en su reloj de biorritmos. Chalmers (15 puntos) y Haslem (10) cumplieron de sobra... y ahora sí que es 'Now or Never', ahora o nunca para Miami... y en Miami: el domingo.
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