Nubes que van y vienen por el canal olímpico de la Isla de Notre-Dam, de gala como siempre cuando aterriza la carrera. Los últimos 'galos' que quedan en Norteamérica amantes de la F1 llegan a la coqueta ciudad canadiense para echar el fin de semana con neverita, gorra del equipo y zamarra, la mayoría de color rojo Ferrari.[Narración]
Venía con ganas el equipo italiano de plantar cara a Red Bull, incluso llegaron a soñar por un instante con conseguir la 'pole', pero la sesión de clasificación volvió a dictar la cruda realidad. Ahora mismo, los sábados son propiedad absoluta de Sebastian Vettel. No hay nada que hacer ni en los circuitos más desfavorables para la configuración del coche energético ni, por supuesto, en sus pistas favoritas.
Es lo que hay, y todos lo asumen. Alonso al menos apretó hasta el final y consiguió con su última vuelta, poderosa, colocarse justo a rebufo de Vettel en la parrilla a poco más de una décima, nunca tan cerca este año. Su plaza más alta del curso bajo el semáforo. Arrebató el puesto a Felipe Massa, con mejores sensaciones que casi siempre. Un Red Bull y dos Ferrari, así está dibujada la cabeza de la dura carrera de mañana (19.00 horas) y la persecución que se espera.
'Estoy feliz por el ritmo del monoplaza. Tenemos verdaderas opciones de ganar', reconoció el asturiano, satisfecho con su segundo puesto. Maneja posibilidades reales de lograr la victoria, siempre que en la salida no pierda el paso con Vettel. La lluvia, mañana casi garantizada, tendrá mucho que decir en el día que Alonso menos reclama al líquido elemento, porque se ve con fuerzas para pelear por el triunfo cara a cara con el implacable líder del Mundial, 'poleman' otra vez sin apenas esfuerzo, con menos distancia, pero firmando el tiempo a mitad de la Q3, sin agobios finales.
En la criba hasta los notables, quedaron los otros dos españoles, Jaime Alguersuari y Pedro de la Rosa, piloto por sorpresa en Montreal tras la recaída del mexicano Sergio Pérez. El veterano a los mandos del Sauber entró en la segunda tanda y mantuvo el tipo ante el bravo Kobayashi, su compañero provisional. Un puesto más atrás (17 y 18) aparece Jaime Alguersuari, atascado esta vez ya en el primer corte, demasiado atrás, cerca de los más pobres.
Venía con ganas el equipo italiano de plantar cara a Red Bull, incluso llegaron a soñar por un instante con conseguir la 'pole', pero la sesión de clasificación volvió a dictar la cruda realidad. Ahora mismo, los sábados son propiedad absoluta de Sebastian Vettel. No hay nada que hacer ni en los circuitos más desfavorables para la configuración del coche energético ni, por supuesto, en sus pistas favoritas.
Es lo que hay, y todos lo asumen. Alonso al menos apretó hasta el final y consiguió con su última vuelta, poderosa, colocarse justo a rebufo de Vettel en la parrilla a poco más de una décima, nunca tan cerca este año. Su plaza más alta del curso bajo el semáforo. Arrebató el puesto a Felipe Massa, con mejores sensaciones que casi siempre. Un Red Bull y dos Ferrari, así está dibujada la cabeza de la dura carrera de mañana (19.00 horas) y la persecución que se espera.
'Estoy feliz por el ritmo del monoplaza. Tenemos verdaderas opciones de ganar', reconoció el asturiano, satisfecho con su segundo puesto. Maneja posibilidades reales de lograr la victoria, siempre que en la salida no pierda el paso con Vettel. La lluvia, mañana casi garantizada, tendrá mucho que decir en el día que Alonso menos reclama al líquido elemento, porque se ve con fuerzas para pelear por el triunfo cara a cara con el implacable líder del Mundial, 'poleman' otra vez sin apenas esfuerzo, con menos distancia, pero firmando el tiempo a mitad de la Q3, sin agobios finales.
En la criba hasta los notables, quedaron los otros dos españoles, Jaime Alguersuari y Pedro de la Rosa, piloto por sorpresa en Montreal tras la recaída del mexicano Sergio Pérez. El veterano a los mandos del Sauber entró en la segunda tanda y mantuvo el tipo ante el bravo Kobayashi, su compañero provisional. Un puesto más atrás (17 y 18) aparece Jaime Alguersuari, atascado esta vez ya en el primer corte, demasiado atrás, cerca de los más pobres.
