Aficionados del Granada celebran el ascenso a Primera División.
"La bandera la puse el año pasado y la vuelvo a poner ahora. Tiene 40 años, y nadie se da cuenta". Lo cuenta el dueño de un local del centro de Granada. Aprovechando que el comedor y el bar de su negocio ocupan las dos acera de una misma calle, ha extendido varias banderas del Granada CF que ondean desde hace varias semanas. Esta noche, en su local más de 50 hinchas han contenido la respiración durante casi dos horas. Ahora cantan 'Vamos mi Granada' bajo una bandera que ya ondeaba en el viejo Los Cármenes antes de que la mayoría de ellos nacieran. "La guardo como si fuera un tesoro, y si dio suerte para subir a Segunda nos la ha vuelto a dar para Primera".
En la Fuente de las Batallas, donde se suelen celebrar los éxitos del equipo, la multitud se ha ido reuniendo a partir de la 23:00 horas. Hasta entonces era todo nervios, después, tensión que se soltaba. Media hora después del final del partido la acumulación de hinchas eufóricos ya causaba algún atasco. El cántico más repetido, 'Iga-Ighalo-Iga-Iga-Ighalo'. Las calles del centro de la ciudad eran un mar de rojo y blanco, aunque también se contemplaban escenas que bien se podrían haber retratado en blanco y negro, aficionados luciendo equipaciones de los años 50 ó 70 puestas a la venta con motivo del ascenso a Segunda del año pasado y del 80 aniversario, los cuellos y las rayas azules retrotayendo a otros tiempos.
La última vez que el Granada se codeó con los grandes fue en 1976. Los que habían nacido es que casi ni se acuerdan, de ahí el entusiasmo. "Para mí va a ser la primera vez que vea un Granada-Real Madrid", comenta, junto a la Fuente de las Batallas, una joven aficionado de apenas 17 años. "Que se prepare Cristiano Ronaldo, porque nos lo vamos a comer", sentencia. "Como cuando yo era un crío", apunta su padre, que igual que ella luce pinturas rojas y blancas en las mejillas y una equipación oficial, "le vamos a ganar al Madrid, al Barça y al Athletic, todos el mismo año",
Los petardos, los cánticos, los grupos de aficionados que van de bar en bar recogiendo al que allí encuentra con camiseta, bandera o bufanda, han ido proliferando a lo largo de la noche. En la misma fuente, rodeada por un dispositivo policial, el momento de mayor júbilo llegó cuando el cordón cedió a los deseos de los hinchas y permitió a uno de ellos colocar una bandera del equipo de sus amores en lo alto del monumento. La Policía Local calculaba en 25.000 los aficionados que se congregaban en el centro alrededor de las 00:30. La madrugada se prevé larga, mientras algunos ya se preparan para recuperarse pronto de la resaca. El equipo estará en la ciudad mañana a las 20:00 para darse un auténtico baño de masas.
