CARTAS AL DIRECTOR ( LA VOZ DE GALICIA)
A favor de la enseñanza pública
Javier Peteiro Cruz A CORUÑA Jueves 15 de septiembre de 2011
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo al que solo consiguen acceder los profesionales mejor cualificados
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo que persigue el conocimiento y no el adoctrinamiento, que busca la autonomía del individuo y no su sumisión, que tiene por fin el de ofrecer las herramientas necesarias para desarrollar el criterio de los individuos y que no puedan ser anestesiados.
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo ecuánime en su hacer y que del mismo modo que ofrece las mismas oportunidades a todo el mundo no regala nada a nadie.
Me enorgullece que infinidad de grupos políticos quieran controlar mi cuerpo y amordazar su voz, porque demuestra lo fuerte, clara y sincera que puede ser. La fortaleza, la claridad y la sinceridad poseen la virtud de remover las conciencias.
Me enorgullece que lo primero que haga cualquier dictadura sea depurar mi cuerpo, porque pone de manifiesto que es uno de los más ardientes símbolos que existen de la libertad humana.
Me enorgullece la enseñanza pública. Me enorgullece pertenecer a su cuerpo de docentes.
No es la falta de formación del profesorado, es el exceso.
Eva Garea Traba AMES Jueves 15 de septiembre de 2011
Como dice el señor Jorge del Corral, la culpa es la formación de los profesores, pero no lo es, y esto lo añado yo, por defecto, sino por exceso. Desde luego que en la privada trabajan algo más, pero con un alumnado seleccionado. El profesorado de la enseñanza privada tiene menos problemas de disciplina porque no se ocupa de todos los segementos de población. El profesorado de la escuela pública es un profesorado con un exceso de formación para la instrucción (licenciados, superando un proceso de oposición muy selectivo...) para una tarea asistencial. Efectivamente nos pagan mucho para realizar una labor que podrían realizar perfectamente personas con menor cualificación profesional. El profesorado de la escuela pública atiende hijos de familias desestructuradas, personas inadaptadas con mucho riesgo de acabar, si no lo están ya en la delincuencia juvenil, con familias que muchas veces no dan importancia al estudio ni a la formación. Si, el problema es la formación, pero no por defecto sino por exceso. A mi me prepararon para enseñar, no para realizar funciones asistenciales, psicológicas, de apoyo social y, desde luego me pagan muy mal por ello.
Pinto y Chinto:
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A favor de la enseñanza pública
Javier Peteiro Cruz A CORUÑA Jueves 15 de septiembre de 2011
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo al que solo consiguen acceder los profesionales mejor cualificados
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo que persigue el conocimiento y no el adoctrinamiento, que busca la autonomía del individuo y no su sumisión, que tiene por fin el de ofrecer las herramientas necesarias para desarrollar el criterio de los individuos y que no puedan ser anestesiados.
Me enorgullece pertenecer a un cuerpo ecuánime en su hacer y que del mismo modo que ofrece las mismas oportunidades a todo el mundo no regala nada a nadie.
Me enorgullece que infinidad de grupos políticos quieran controlar mi cuerpo y amordazar su voz, porque demuestra lo fuerte, clara y sincera que puede ser. La fortaleza, la claridad y la sinceridad poseen la virtud de remover las conciencias.
Me enorgullece que lo primero que haga cualquier dictadura sea depurar mi cuerpo, porque pone de manifiesto que es uno de los más ardientes símbolos que existen de la libertad humana.
Me enorgullece la enseñanza pública. Me enorgullece pertenecer a su cuerpo de docentes.
No es la falta de formación del profesorado, es el exceso.
Eva Garea Traba AMES Jueves 15 de septiembre de 2011
Como dice el señor Jorge del Corral, la culpa es la formación de los profesores, pero no lo es, y esto lo añado yo, por defecto, sino por exceso. Desde luego que en la privada trabajan algo más, pero con un alumnado seleccionado. El profesorado de la enseñanza privada tiene menos problemas de disciplina porque no se ocupa de todos los segementos de población. El profesorado de la escuela pública es un profesorado con un exceso de formación para la instrucción (licenciados, superando un proceso de oposición muy selectivo...) para una tarea asistencial. Efectivamente nos pagan mucho para realizar una labor que podrían realizar perfectamente personas con menor cualificación profesional. El profesorado de la escuela pública atiende hijos de familias desestructuradas, personas inadaptadas con mucho riesgo de acabar, si no lo están ya en la delincuencia juvenil, con familias que muchas veces no dan importancia al estudio ni a la formación. Si, el problema es la formación, pero no por defecto sino por exceso. A mi me prepararon para enseñar, no para realizar funciones asistenciales, psicológicas, de apoyo social y, desde luego me pagan muy mal por ello.
Pinto y Chinto:
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