:)El mediocentro italiano, tras 10 temporadas como jugador del equipo milanista y una carrera plagada de éxitos en las filas del equipo de Silvio Berlusconi, abandona el club en el que se ha hecho futbolista para recalar posiblemente en la Juventus de Turin.
Andrea Pirlo nació un 19 de mayo de 1979 en Brescia. Creció en una familia acomodada y comenzó a jugar al fútbol cuando apenas tenía 3 años,y desde el principio, cuando estaba en las categorías inferiores del Brescia se tomó el fútbol como una diversión. Gracias a su forma bohemia de entender el fútbol, y muy probablemente a que siempre tuvo como grandes referentes a Roberto Baggio y Pep Guardiola, potenció un estilo de juego fino y elegante basado en el manejo del balón con pases de ensueño, y se diferenció del resto de jóvenes que militaban en las categorías inferiores del club italiano, que se centraban más en el famoso catenaccio italiano.
Su futuro era prometedor y el debut en el primer equipo no se hizo esperar. Un Pirlo con tan solo 15 años debutó en la Serie A con tan mala suerte que ese mismo año el Brescia descendió. Jugó un año en la segunda división y consiguió ascender en la temporada 97/98, siendo el siguiente curso en el cual los 'biancoazzurris' volvian a descender . Curiosamente, cuando militaba en el Brescia coincidió con uno de sus referentes, Roberto Baggio, pero esto no evitó que se marchara de Brescia.
El club que se fijó en la gran temporada del joven Andrea fue el Inter de Milán, que le fichó para la temporada 98/99 por expreso deseo del entrenador, Mircea Lucescu. Pero apenas contó con minutos, a pesar de disputar 32 partidos, y el conjunto interista le buscó una salida para que su crecimiento continuara. El club elegido fue el Reggina. Su temporada en un club de media tabla fue buena, como mediapunta, y el Inter decidió contar con él para la siguiente temporada pero en el mercado de invierno se marchó cedido al club que le vio nacer, el Brescia. Este periplo fue muy duro para Pirlo y el jugador lo recuerda como "una herida abierta". Pero también hubo alegrías para Pirlo y en el año 2000, consiguió vencer en el europeo sub-21 con la camiseta italiana.
La temporada de su consagración fue en Brescia. Con la misma calidad y la experiencia acumulada en las temporadas anteriores, fue el año 2001 el que encumbró a Pirlo como uno de los jugadores con más calidad del Calcio. El crecimiento de este joven mediocentro apodado 'il metrónomo' era imparable y fichó por el Milán por 18,5 millones de euros, más el traspaso del yugoslavo Drazen Brncic, y empezó a contar con minutos y a forjar su leyenda en el club 'rossonero'.
Desde su debut con la camiseta milanista se le tildó como un jugador con enormes posibilidades y una técnica única, pero al que le faltaba carácter y cuerpo como para ser el mediocentro que el Milán necesitaba. Andrea no desistió y a base de lo que sabe hacer, un fútbol de talento y un trato sublime con el balón (no exento de trabajo), se consolidó como el mediocentro que San Siro esperaba. En su segunda temporada jugó un total de 49 partidos con el equipo 'biancorosso' y ya era un referente para la grada milanista, lo que le llevó a debutar con la selección italiana con tan solo 23 años.
Su asentamiento en el fútbol italiano era un hecho, aunque tardó un par de años en conseguir un título con el equipo de la capital italiana, pero ya disputaba una media de 45 partidos como titular en la medular. Fue en la temporada 2003 cuando se alzó con la Copa de Italia y Pirlo inauguraba su palmarés al que engalanó con la Champions League ese mismo año.
El año que encumbró como un referente para el fútbol mundial a este genio italiano fue el 2004, en el que consiguió ser medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas, el Scudetto y la Supercopa de Italia jugando 43 partidos como eje milanista y 'neoazurro'. A partir de ese año su carrera está plagada de títulos, ya que consiguió dos Champions League (2003 y 2007), dos Supercopas de Europa (2003-2007) y un Scudetto (2011). Además, quedó tercero en la votación para el Balón de Oro del Mundial de Alemania de 2006, por detrás de Zinedine Zidane y de su compatriota Fabio Cannavaro.
Durante todos estos años, su fútbol ha ido creciendo constantemente gracias a un hombre como Carlo Ancelotti, que supo adelantar su posición a la de medio ofensivo para potenciar su capacidad creativa.
Mermado por la perdida de un físico venido a menos, y aunque su fútbol sigue dejando destellos de calidad en forma de grandes partidos y más particularmente, de bellísimos lanzamientos de falta, dice adiós a 10 temporadas como jugador del club milanés al no renovar su contrato. Un duro adiós que sabe algo más dulce con la consecución del Scudetto después de muchos años, pero que al final es un adiós de un jugador al que la grada de San Siro idolatraba, y al que el Milán le debe mucho por los títulos conseguidos en la última decada. Su futuro aún está en el aire, pero los grandes de Italia sueñan con poder contar con 'il metrónomo' y la Juventus parece su próximo destino.
