Como prueba de mis innatos conocimientos de cocina, os dejo una exclusiva receta del huevo frito. Es complicadilla pero en fin...espero que os sea útil.
HUEVOS FRITOS A LA ZAMORANA
Primero va uno a la nevera y se coge un huevo. Después sueltas el huevo, abres la nevera y del interior coges un huevo de gallina, o de avestruz si eres zampón. Por supesto que antes se habrá tenido la precaución de comprarlos. Es algo de cajón, aunque también los tienen en hueveras homologadas para el caso.
Pones el huevo sobre la encimera, el de gallina o de avestruz, por supuesto. Pensar en otra posibilidad sería cosa de contorsionista profesional. Luego en una sartén, que para quien no lo sepa le informo que es un utensilio de cocina parecido a una raquetas de tenis, pero sin cuerdas, echas un poco de aceite de oliva virgen, si eres pudiente o acaba de tocarte la lotería. De no disponer del de oliva virgen, sirve también uno que sea menos casto, o de girasol, pero jamás de ese Cepsa de los coches. Probé una vez con éste y el huevo me quedó con un cierto regustillo raro y no he vuelto a usarlo desde entonces.
Bueno, no nos enrrollemos tanto. Pones el huevo al fuego, digo la sartén, para que se vaya calentando el aceite, coges el huevo y lo golpeas contra el borde de la encimera (el de gallina, el otro duele lo suyo). Reitero que la encimera si es de granito mejor, no vayas a cargártela si es de mala calidad.
Una vez te has cascado el huevo (no pensemos en ciertas y morbosas interpretaciones), se echa su contenido dentro de la sartén. Si lo echas fuera has matado la receta. Luego le añades algo de sal, si lo de sal no puede ser, pues entra. Se espera un poco que se haga bien a fuego cansino y ¡¡tacháaannn!! ¡¡conseguido el huevo frito!!
Después una vez servido en el plato puedes enriquecer la receta añadiendo mayonesa, tomate, langostinos, angulas, caviar...Eso ya va en gustos y sobre todo en bolsillos.
A ver si os ha gustado y la hacéis en casa para sorprender a la familia. Sé que es complicada, pero la práctica hace maestros y así empezó Ferran Adriá.
HUEVOS FRITOS A LA ZAMORANA
Primero va uno a la nevera y se coge un huevo. Después sueltas el huevo, abres la nevera y del interior coges un huevo de gallina, o de avestruz si eres zampón. Por supesto que antes se habrá tenido la precaución de comprarlos. Es algo de cajón, aunque también los tienen en hueveras homologadas para el caso.
Pones el huevo sobre la encimera, el de gallina o de avestruz, por supuesto. Pensar en otra posibilidad sería cosa de contorsionista profesional. Luego en una sartén, que para quien no lo sepa le informo que es un utensilio de cocina parecido a una raquetas de tenis, pero sin cuerdas, echas un poco de aceite de oliva virgen, si eres pudiente o acaba de tocarte la lotería. De no disponer del de oliva virgen, sirve también uno que sea menos casto, o de girasol, pero jamás de ese Cepsa de los coches. Probé una vez con éste y el huevo me quedó con un cierto regustillo raro y no he vuelto a usarlo desde entonces.
Bueno, no nos enrrollemos tanto. Pones el huevo al fuego, digo la sartén, para que se vaya calentando el aceite, coges el huevo y lo golpeas contra el borde de la encimera (el de gallina, el otro duele lo suyo). Reitero que la encimera si es de granito mejor, no vayas a cargártela si es de mala calidad.
Una vez te has cascado el huevo (no pensemos en ciertas y morbosas interpretaciones), se echa su contenido dentro de la sartén. Si lo echas fuera has matado la receta. Luego le añades algo de sal, si lo de sal no puede ser, pues entra. Se espera un poco que se haga bien a fuego cansino y ¡¡tacháaannn!! ¡¡conseguido el huevo frito!!
Después una vez servido en el plato puedes enriquecer la receta añadiendo mayonesa, tomate, langostinos, angulas, caviar...Eso ya va en gustos y sobre todo en bolsillos.
A ver si os ha gustado y la hacéis en casa para sorprender a la familia. Sé que es complicada, pero la práctica hace maestros y así empezó Ferran Adriá.